jueves, 20 de febrero de 2020

DESPERTARES


DESPERTARES

1.     En la película se observan muchas vidas de personas, enfermas o no, que se han quedado “dormidas”, “ausentes”. Trata de enumerarlas brevemente.

2.     En nuestra vida, a veces nos dejamos dominar por nuestra rutina, pereza, miedos…y nos quedamos como dormidos, ausentes…Pon ejemplos.


3.     Pero ocurre algo… y los personajes de la peli “despiertan”, se “descubren y descubren” a los demás . Describe y comenta todos los despertares que ves en la película, especialmente los de los protagonistas.

4.     ¿Recuerdas algún “despertar” en tu vida o en la vida de quienes te rodean. Explícalo.


5.     Indica y comenta la escena que más te ha gustado de la peli

Puedes enviarlo a: ejercicioreli@gmail.com

domingo, 3 de noviembre de 2019

BIENAVENTURANZAS, LA ESENCIA DEL PROYECTO DE JESUS


BIENAVENTURANZAS DE JESÚS PARA EL  HOMBRE ACTUAL


Dichosos los que eligen ser pobres, porque tienen a Dios por rey

Los que dan al dinero sólo su valor 
Los que no venden a una persona ni por todo el oro del mundo 
Los que están comprometidos con los pobres 
Los que saben compartir lo que tienen: cultura, casa, alegría, salud, comida 
Los que saben que es más importante SER que TENER

Dichosos los que sufren, porque Dios los consolará

Los desposeídos que tienen que sufrir para poder vivir 
Los que se esfuerzan por mejorar su situación inhumana y la de los demás 
Los que sufren en su persona el orgullo, egoísmo, injusticia de otros... 
Los que no se "acostumbran" a la explotación en cualquier trabajo 
Los que saben que son personas y sufren porque no les dejan serlo

Dichosos los mansos, porque heredarán la tierra

Los que luchan por vencer su inclinación al odio y la violencia 
Los que son molestados por todos, porque están siempre dispuestos a ayudar 
Los que nunca pierden la esperanza de que la paz se instale en el corazón del hombre 
Los que luchan por no ser "lobo" con otros, ni los utilizan como objeto de lujo o placer 
Los que confían en Dios y en el hombre, y se mantienen serenos

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados

Los que no se casan con ninguna mentira, venga de donde venga. Ni se dejan sobornar. 
Los que no toleran que otros vivan en la miseria 
Los que siempre y en todo lugar son honrados. Y no permiten el robo camuflado 
Los que no hacen acepción de personas por la piel, sexo, credo o situación social

Dichosos los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos

Los que comprende, excusan y perdonan de corazón los fallos de los demás. 
Los que tienden la mano al abandonado, despreciado, pobre, enfermo y al que sufre 
Los que respetan al ignorante, anciano, deficiente, drogadicto... 
Los que se fijan más en lo que nos une que en lo que nos separa. 
Los que rezan con sinceridad "...como nosotros perdonamos al que nos ofende"

Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios

Los que no ven "segunda intenciones" en las personas o situaciones 
Los que jamás tienen dos caras y miran a las personas de frente. 
Los que aman de verdad a las persona, naturaleza y las cosas. 
Los que son transparentes como el cristal en sus pensamientos, deseos y acciones.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán reconocidos como hijos de Dios.
Los que construyen la paz con igualdad, libertad y compartir sin favoritismos 
Los que no hacen la paz con armas, engaños, silencios... 
Los que fomentan la convivencia, solidaridad y la formación del pueblo. 
Los que basan la paz en el respeto mutuo, la justicia, el amor.

Dichosos los perseguidos por su fidelidad a la voluntad de Dios, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 
Los que predican el Evangelio y no "su evangelio"
Los que están dispuestos a dar la vida por los demás 
Los castigados por defender los derechos del hombre, en especial a los débiles y marginados 
Los que prefieren obedecer a Dios antes que a los hombres.

EL PAPA Y LAS BIENAVENTURANZAS

VIAJE APOSTÓLICO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A SUECIA

(31 DE OCTUBRE - 1 DE NOVIEMBRE 2016)
SANTA MISA EN EL SWEDBANK STADION DE MALMOE
Malmoe
Martes 1 de noviembre de 2016


Con toda la Iglesia celebramos hoy la solemnidad de Todos los Santos. Recordamos así, no sólo a aquellos que han sido proclamados santos a lo largo de la historia, sino también a tantos hermanos nuestros que han vivido su vida cristiana en la plenitud de la fe y del amor, en medio de una existencia sencilla y oculta. Seguramente, entre ellos hay muchos de nuestros familiares, amigos y conocidos.

Celebramos, por tanto, la fiesta de la santidad. Esa santidad que, tal vez, no se manifiesta en grandes obras o en sucesos extraordinarios, sino la que sabe vivir fielmente y día a día las exigencias del bautismo. Una santidad hecha de amor a Dios y a los hermanos. Amor fiel hasta el olvido de sí mismo y la entrega total a los demás, como la vida de esas madres y esos padres, que se sacrifican por sus familias sabiendo renunciar gustosamente, aunque no sea siempre fácil, a tantas cosas, a tantos proyectos o planes personales.

Pero si hay algo que caracteriza a los santos es que son realmente felices. Han encontrado el secreto de esa felicidad auténtica, que anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por eso, a los santos se les llama bienaventurados. Las bienaventuranzas son su camino, su meta hacia la patria. Las bienaventuranzas son el camino de vida que el Señor nos enseña, para que sigamos sus huellas. En el Evangelio de hoy, hemos escuchado cómo Jesús las proclamó ante una gran muchedumbre en un monte junto al lago de Galilea.

Las bienaventuranzas son el perfil de Cristo y, por tanto, lo son del cristiano. Entre ellas, quisiera destacar una: «Bienaventurados los mansos». Jesús dice de sí mismo: «Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón» (Mt 11,29). Este es su retrato espiritual y nos descubre la riqueza de su amor. La mansedumbre es un modo de ser y de vivir que nos acerca a Jesús y nos hace estar unidos entre nosotros; logra que dejemos de lado todo aquello que nos divide y nos enfrenta, y se busquen modos siempre nuevos para avanzar en el camino de la unidad, como hicieron hijos e hijas de esta tierra, entre ellos santa María Elisabeth Hesselblad, recientemente canonizada, y santa Brígida, Brigitta Vadstena, copatrona de Europa. Ellas rezaron y trabajaron para estrechar lazos de unidad y comunión entre los cristianos. Un signo muy elocuente es el que sea aquí, en su País, caracterizado por la convivencia entre poblaciones muy diversas, donde estemos conmemorando conjuntamente el quinto centenario de la Reforma. Los santos logran cambios gracias a la mansedumbre del corazón. Con ella comprendemos la grandeza de Dios y lo adoramos con sinceridad; y además es la actitud del que no tiene nada que perder, porque su única riqueza es Dios.

Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús. Estamos llamados a ser bienaventurados, seguidores de Jesús, afrontando los dolores y angustias de nuestra época con el espíritu y el amor de Jesús. Así, podríamos señalar nuevas situaciones para vivirlas con el espíritu renovado y siempre actual: Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón; bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía; bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran; bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común; bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros; bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos... Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida.

Queridos hermanos y hermanas, la llamada a la santidad es para todos y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe. Los santos nos alientan con su vida e su intercesión ante Dios, y nosotros nos necesitamos unos a otros para hacernos santos. ¡Ayudarnos a hacernos santos! Juntos pidamos la gracia de acoger con alegría esta llamada y trabajar unidos para llevarla a plenitud. A nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos, le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad.



CAMINOS PARA APRENDER A SER FELICES
    
Los humanos no nacemos felices ni infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que, en una gran parte, depende de nuestra elección el que nos llegue la felicidad o la desgracia. No es cierto, como muchos piensan, que la dicha pueda encontrarse como se encuentra por la calle una moneda o que pueda tocar como una lotería, sino que es algo que se construye, ladrillo a ladrillo, como una casa. La felicidad nunca es completa en este mundo, pero que, aun así, hay raciones más que suficientes de alegría para llenar una vida de jugo y de entusiasmo y que una de las claves está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera. No hay recetas para la felicidad porque no hay sólo una, sino muchas felicidades, y que cada hombre o mujer debe construir la suya... No obstante, sí hay una serie de caminos por los que se puede caminar hacia ella: 
-          Valorar y reforzar las fuerzas positivas de nuestra alma. Descubrir y disfrutar de todo lo bueno que tenemos. Sacar jugo al gozo de que nuestras manos se muevan sin que sea preciso para este descubrimiento las manos muertas de un paralítico. 
-          Asumir después serenamente las partes negativas de nuestra existencia. No encerrarnos masoquísticamente en nuestros dolores. No magnificar las pequeñas cosas que nos faltan. No sufrir por temores o sueños de posibles desgracias que probablemente nunca nos llegarán.
-          Vivir abiertos hacia el prójimo. Pensar que es preferible que nos engañen cuatro o cinco veces en la vida que pasarnos la vida desconfiando de los demás. Tratar de comprenderles y de aceptarles tal y como son, distintos a nosotros. Pero buscar también en todos más lo que nos une que lo que nos separa. Ceder siempre que no se trate de valores esenciales con nuestro egoísmo.
-          Tener un gran ideal, algo que centre nuestra existencia y hacia lo que dirigir lo mejor de nuestras energías. Caminar hacia él incesantemente, aunque sea con algunos retrocesos. Aspirar siempre a más, pero no a demasiado más. Dar cada día un paso. No confiar en los golpes de la fortuna. 
-          Creer descaradamente en el bien. Tener confianza en que a la larga -y a veces muy a la larga- terminará siempre por imponerse. No angustiarse si otros avanzan aparentemente más deprisa por caminos torcidos. Creer en la también lenta eficacia del amor. Saber esperar.
-          En el amor, preocuparse más por amar que por ser amados. Estar siempre dispuestos a revisar nuestras propias ideas, pero no cambiar fácilmente de ellas. 
-          Elegir, si se puede, un trabajo que nos guste. Y, si esto es imposible, tratar de amar el trabajo que tenemos, encontrando en él sus aspectos positivos. 
-          Revisar constantemente nuestra escala de valores. Cuidar de que el dinero no se apodere de nuestro corazón, pues es un ídolo difícil de arrancar de él cuando nos ha hecho sus esclavos.
-          Descubrir que Dios es alegre, que una religiosidad que atenaza o estrecha el alma no puede ser la verdadera, porque Dios o es el Dios de la vida o es un ídolo. 
-          Procura sonreír con ganas o sin ellas. Estar seguros de que el hombre es capaz de superar muchos dolores, muchos más de lo que él mismo sospecha.

(José Luis Martín Descalzo)

lunes, 10 de diciembre de 2018

lunes, 22 de octubre de 2018

LA LLAMADA

https://www.youtube.com/watch?v=7kDKrg7snSY&index=1&list=RD7kDKrg7snSY

Letra:https://www.youtube.com/watch?v=Olwf_J8m4y4


LA LLAMADA



1.     Escoge un personaje de la película y plantea con él las tres grandes preguntas de toda Vocación: ¿Quién soy? ¿Adónde voy? ¿Con quién?
2.     Ahora escoge otros dos y trata de explicar con ellos el audiovisual de los Gusanos.
3.     ¿Cómo aparece Dios/ Cristo en la película? ¿Te parece verosímil un Dios así?
4.     ¿Crees que la vocación religiosa tiene algún parecido a la que se refleja en la película o te parece como una tomadura de pelo? Explícalo y compara la versión teatral y la de la película.
5.     Valora y da tu opinión sobre la letra de la canción “La llamada”

No, no me he parado a pensar
que tal vez esto es sólo la llamada.
Estoy tan intrigada y sola.
Yo que he sido la mejor bailando reggaeton a todas horas...

ay qué demonios hago ahora.
Si esto es fe tómame, tómame o sal corriendo.
Que me da mucho miedo y no sé cómo hacer.
Si me has venido a buscar haz solo una
señal o por lo menos espera que me ponga mona.
Sé que hay algo en mi interior que me da
subidón y esta locura me hace querer ser sólo tuya.
Sé, se bien que estoy cambiando algo está
pasando y no me atrevo, pero no quiero verte lejos.
Si esto es fe tómame, tómame o sal corriendo.
Estás perdiendo el tiempo si te crees que sé lo que hay que
hacer. ¿Pero qué estoy diciendo? ¿Con quién estoy hablando?
No quiero nada de esto,
estoy alucinando sola y lo siento tan
adentro. ¿Qué diablos voy a hacer ahora?
Sal de aquí no quiero seguir, voy a despertar y te vas a ir.

miércoles, 10 de octubre de 2018